Miami, FL, 3 de julio de 2025. A medida que envejecemos, mantener la fuerza muscular se vuelve esencial para preservar la autonomía, prevenir enfermedades y mejorar la calidad de vida. El entrenamiento muscular no solo fortalece el cuerpo, también protege la mente y contribuye a un envejecimiento activo y saludable.
A partir de los 30 años, comenzamos a perder masa muscular de forma progresiva, y esta pérdida se acelera después de los 60. Esta condición, conocida como sarcopenia, puede provocar debilidad, caídas frecuentes y dificultades para realizar tareas cotidianas como caminar, levantarse de una silla o cargar objetos. Por eso, realizar ejercicios de fuerza —como levantar pesas, utilizar bandas de resistencia o hacer rutinas con el propio peso corporal— es crucial para contrarrestar ese desgaste natural.
Además de mejorar la movilidad y el equilibrio, el entrenamiento muscular también favorece la salud ósea, reduce el riesgo de fracturas y ayuda a controlar enfermedades como la diabetes tipo 2, la hipertensión y la obesidad. Incluso se ha comprobado que el ejercicio de fuerza tiene beneficios a nivel cognitivo y emocional, al reducir el riesgo de depresión y mejorar la función cerebral.
No se trata de entrenar como un atleta, sino de adoptar una rutina segura, adaptada a las capacidades y necesidades de cada persona. Con la guía de profesionales de la salud o entrenadores especializados, incluso los adultos mayores con poca experiencia pueden comenzar a fortalecer sus músculos de manera progresiva.
Fuente: France24
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